sábado, 8 de enero de 2011

Faros de Cantabria

Faro de Castro Urdiales
Se encuentra situado junto a la iglesia de Sta. María y frecuentemente ha sido considerado antigua fortaleza de los templarios, aunque no existe evidencia de que fuera tal. Su estructura tiene forma pentagonal, con fuertes cubos angulares. El castillo de Santa Ana sostiene la linterna que se iluminó por primera vez en 1853.
La vivienda y la torre del Faro de Castro Urdiales se levantan sobre la terraza de la antigua fortaleza de Santa Ana, cuya capilla sirve de alojamiento a la sala de motores y taller.
Los muchos años que lleva esta linterna funcionando como faro han conformado una imagen tradicional del pueblo con la dársena del puerto, la iglesia gótica de Santa María y el faro sobre el castillo, que forma ya parte del acervo cultural de esta villa.

Faro del Caballo en el monte Buciero
Aunque en la actualidad este faro está fuera de servicio, la espectacularidad del lugar donde está ubicado merece una visita.
Para acceder al Faro del Caballo, el farero y su familia tenían que descender por 683 peldaños escavados en la roca de un abrupto acantilado. Desde el Faro al mar hay otros 111 peldaños que dan directamente a un pequeño atraque. El Faro del Caballo se halla en las escarpadas paredes del monte Buciero, en el término municipal de Santoña.

Faro de El Pescador
Este faro se halla en la falda del mismo monte de El Buciero, en cuya cima se conservan los restos de una torre de vigía donde se encendían fuegos. Este faro sustituyó en 1859 a otro que se estaba construyendo en la punta del Fraile, en la misma ría de Santoña y que no marcaba bien la costa. El Pescador se encendió por primera vez en 1864 con una lámpara de aceite de oliva y un aparato óptico de 4º orden con lentes giratorias, dando la apariencia de luz fija blanca con destellos de igual color y 17 millas de alcance. En 1915 un ciclón destruyó el edificio y durante la Guerra Civil el faro permaneció apagado, como tantos otros de la cornisa cantábrica.
Edificado en la punta más saliente del Monte Pescador, se comunica por una estrecha carretera con el barrio del Dueso de Santoña.
Faro del Cabo de Ajo
Situado en la misma punta del Cabo de Ajo, sobre una peña desde la que se divisan unas vistas espectaculares, este faro tuvo un primer intento de instalación en 1907, aunque hasta 1930 no se procede a su construcción, que pasó por diversos avatares. Fue el empeño del ayuntamiento de Bareyo el que, fundándose en tres naufragios consecutivos en los arrecifes del cabo, al final consiguió que se construyera este faro con un alcance de 15 millas y una apariencia de grupos de 3 ocultaciones. Así, finalmente el faro se inauguró en 1930 dejando de alumbrar durante la Guerra Civil. 63 metros de altura separan este faro del mar sobre un abrupto acantilado.

Faro de La Cerda
En un lugar emblemático como es la Península de la Magdalena en Santander, está ubicado el Faro de La Cerda. Esta infraestructura antes de utilizarse como faro se destinó a otros usos como batería de cañones y fortificación defensiva.
El Faro de La Cerda entró en funcionamiento en 1870 y, desde entonces, alumbra hasta ocho millas a los barcos que se acercan a la Bahía santanderina.
Este faro consta de una torre blanca ubicada en un extremo de una vivienda. Este edificio se ha reconvertido y hoy en día es la sede del "Aula del Mar".

Faro de la Isla de MouroEn un enclave de inigualable singularidad está ubicado el Faro de la Isla de Mouro, el vigía de la Bahía de Santander. Esta linterna entró en funcionamiento en 1860. Se trataba de uno de los destinos negros para los vigías de la Bahía, ya que la Isla de Mouro era un lugar inhóspito que se caracterizaba por unas condiciones climáticas verdaderamente desfavorables. Este faro servía de abrigo a dos familias que eran testigos de las inclemencias del oleaje que se estrepitaba por encima de la torre. Se trata de un lugar increíble para divisar la fuerza del Mar Cantábrico.
En 1920, el Faro de la Isla de Mouro fue automatizado y acondicionado.  Actualmente, el faro está alimentado con paneles solares.
Faro de Cabo Mayor
El Faro de Cabo Mayor custodia la entrada al puerto de Santander. Se trata del lugar más septentrional, y por ende más cercano a la Estrella Polar de Santander. Durante muchos años, este faro ha sido uno de los más punteros, modernos y avanzados de la geografía española.
Cabo Mayor es un faro de recalada; su luz puede verse en la noche a 21 millas de distancia, es decir, mucho más lejos que el punto desde el que se pierde de vista la costa en días despejados.
El Faro de Cabo Mayor es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, un hito geográfico de casi 200 años sin el cual, por ejemplo, el paisaje del Sardinero resultaría incomprensible.
Actualmente el Faro de Cabo Mayor se ha reconvertido en un museo y alberga la colección de Eduardo Sanz-Villar.

Faro de Suances
El Faro de Suances es una linterna imprescindible para este puerto angosto y complicado. Está construido sobre la antigua batería de San Martín y se trata de una infraestructura que conserva la tipología arquitectónica de su época. Este faro consta de una vivienda a la que está adosada una pequeña torre.
Ubicado en la Punta del Torco de Afuera sobre la ría de San Martín de la Arena, entró en funcionamiento en 1863 y se reformó en dos ocasiones en 1918 y 1960.

Faro de la Punta de la Silla
San Vicente de la Barquera cuenta con una joya de la arquitectura marítima como es el Faro de la Punta de la Silla. Esta linterna se asoma al mar anticipando la presencia en el interior de la Ría de San Andrés de la villa señorial y altiva del municipio. Originalmente era una señal de carácter local que emitía una luz roja permanente que entró en funcionamiento en 1871. Posteriormente sufrió varias reformas de modernización y, desde 1927, está electrificado.
En el anecdotario del Faro de la Punta de la Silla figura una sonora explosión que se produjo en 1918 provocada por una mina naval que estaba a la deriva y que fue arrastrada por el mar hasta estos acantilados.

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